Me dice O Bradoiro que cada poco tiempo pasan por el puti tanto la policía como los de la agencia trinitaria para intentar que las putas paguen impuestos, y que verdes las han segado. Y está el hombre de lo más tranquilo pues tiene un sistema de cámara de seguridad con copia remota, para que quede constancia de cualquier problema que pudiera haber con los caballeros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
Las chicas pagan por la habitación con factura e IVA y las copas llevan también su IVA. No paga comisión a las chicas por las copas, ni cobra de las chicas un porcentaje por los polvos que echen en la habitación. Eso es asunto exclusivo entre la puta y el cliente, asevera tajante. ¡Es que no me llevo nada ni de los polvos que echan mis tres mujeras!
Por lo visto según dice, la mafia de la agencia trinitaria amenaza a las putillas con actas de inspección a tanto alzado por los supuestos polvos que estiman hayan podido echar, y si bien todas ellas son insolventes, en cuanto abran una cuenta corriente (que ya hay que ser idiota para tener algo con un robanco seas o no una puta) o se compren un piso, los trinitarios van a embargarlo de inmediato.
Hacienda si que es una mafia, Antonio.
Y lo dice alguien que sabe de lo que habla.
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